martes, 1 de diciembre de 2009

Aqui se Hace lo Que Digo Yo y Punto!

Palabras más, palabras menos, las palabras del título reflejan una actitud que se repite en muchos contextos, en el entorno familiar, en el trabajo, con los amigos, en los grupos a los que pertenecemos, en la dirigencia de un país y en tantos otros. Esa actitud a la que voy a llamar el Dictador, es también un rol y lo que sigue a continuación es una pequeña explicación de como la Democracia Profunda y el Trabajo de Procesos abordan al Dictador en cuestión.

Un rol es una máscara, un disfraz, un personaje, como los personajes de las películas, que nos ponemos o actuamos dependiendo de la situación en que estemos. Los tipos de roles presentes en cualquier grupo humano dependen del campo sicológico grupal. El campo sicológico es más fácil entenderlo si lo comparamos al campo magnético de un imán que atrae o repele las cosas dependiendo de su polaridad. Los campos se forman de las creencias, pensamientos y deseos ocultos y manifiestos de las personas que lo integran y al igual que los campos magnéticos, son invisibles aunque es totalmente posible sentirlos. Si alguna vez fueron a un lugar y sintieron la atmósfera de ese lugar como tensa o relajada, entonces ya saben a lo que me refiero.

Todo campo necesita expresarse y de hecho lo hace a través de los roles. Quien interpreta cada rol dependerá de la sicología individual de cada persona del grupo, pero lo importante es que es el campo el que determina los roles que serán interpretados. No todos los campos generan el rol del Dictador porque no todos los grupos humanos abierta o de manera oculta creen en o desean uno. Esto significa que cuando el Dictador está presente es porque el mismo grupo a través de sus creencias, pensamientos y deseos conscientes e inconscientes creó las condiciones idóneas para que el campo forzozamente buscase expresarse a través del rol del Dictador.

El rol del Dictador y de hecho, todos los roles, toman forma y se hacen presentes para que interactúen entre si y de esa manera satisfacer la necesidad primaria que los creó, solo que no siempre la gente está consciente de lo que sucede y muchas veces se llega a una calle ciega y el juego se tranca, que es otra forma de decir que aparecen los conflictos, las crisis y las tensiones, o en términos taoístas, el Chi deja de fluir.

Lo primero que se necesita para comenzar a procesar las tensiones que aparecen y destrancar el juego es tomar responsabilidad por la situación tal como está. Tomar plena consciencia de la coparticipación y cocreación de la situación es el primer paso y de esa manera el Dictador podrá ser visto como una creación colectiva, que quizás en un momento tuvo sentido, pero que tal vez ya no lo tenga porque los campos están continuamente cambiando sencillamente porque los pensamientos y deseos colectivos también cambian constantemente. Otro paso es tomar consciencia de los roles que están siendo interpretados y dejarlos expresarse plenamente. Es absolutamente necesario encontrar el espacio de diálogo para que todos los roles presentes en el campo se expresen abiertamente, para que manifiesten no solo lo que piensan, sino lo que sienten también, y esto es primordial. La Democracia Profunda es por definición inclusiva y eso significa que tanto el Dictador como todos los demás roles que lo afectan y a los que afecta, deben necesariamente estar representados y ser escuchados.

¿Hay roles que se niegan a morir? No creo; los roles dependen enteramente de los campos y así como el polo positivo de un imán repele las cargas positivas, si el campo grupal no incluye algún determinado rol, este sencillamente no aparecerá o si ya existe, dejará de existir en su debido momento.

POSTDATA: Uno de los mayores retos que tenemos es poder observar a través del velo de los roles y realmente ver a los seres humanos que los encarnan, porque a pesar de las apariencias, un ser humano no es los roles que actúa. Es como si fuésemos a una fiesta de disfraces sin saber que estamos en una fiesta de disfraces y creer que los personajes que vemos son reales. Muchas veces, el diálogo entre roles es un diálogo entre sordos, pero cuando somos capaces de comunicarnos sin los roles o máscaras que nos definen, ocurren milagros y la vida adquiere otro color y textura, más suave, menos áspera. Inténtalo, ¿quién eres realmente sin las máscaras que te pones a diario?

democraciaprofunda (arroba) gmail.com

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