El título de este escrito es el nombre de un taller sobre conflictos que alguna vez ofrecí, pero que al igual que sucede con muchas cosas en la vida, un dia descubrí que el contenido del taller se quedaba corto en su alcance y decidí sacarlo del aire hasta que madurara un poco más (tanto el taller como yo).
El concepto de Democracia Profunda alude a una actitud de inclusión profunda, interna y externamente, aunque no es necesariamente un camino fácil de seguir. A mayor diversidad de ideas, opiniones, realidades y estados de conciencia, mayor será también el número de diferencias, divergencias y conflictos potenciales y reales. Es interesante observar como en el reino vegetal se da un fenómeno bien curioso que puede ser comparado con lo que sucede también en los grupos humanos: la alelopatía (del griego allelon = uno al otro, y pathos = sufrir efecto injurioso de uno sobre otro).
Cuando el tema de los conflictos comenzó a estudiarse en la década de los 50, el primer nombre que recibió fue el de Resolución de Conflictos y sugiere que un conflicto sólo es resuelto cuando se ofrece una solución para si mismo. Sin embargo, ningún conflicto existe en un vacío, por si mismo, y por lo tanto cualquier solución para un conflicto "en si mismo" quizás funcione a corto plazo, pero eventualmente está destinado al fracaso, es decir, se vuelve insostenible.
Pasaron los años y a partir de 1990 comienza a hablarse de Transformación de Conflictos, término que sugiere que cuando las partes en conflicto deciden afrontarlo positivamente, las partes se transforman y con ellas el conflicto.
Podría decirse que una de la grandes diferencias entre esos dos términos es que la Resolución se enfoca en el resultado, mientras que la Transformación hace hincapié en el proceso. También podría decirse que la Democracia Profunda tiende hacia la Transformación de Conflictos y por lo tanto, enfatiza la importancia del proceso.
Para Arnold Mindell, Proceso es "el flujo de comunicación abierta y oculta dentro de un individuo, familia, grupo, cultura o entorno. Esto incluye sentimientos inexpresables, sueños y experiencias espirituales". Otra definición que me gusta es la de Allan Kaplan, quien dice que "El proceso es el todo en el cual ocurren momentos individuales. El está subyacente, al mismo tiempo que emerge de las partes, y es invisible... Más que aquello que es simplemente visto, es lo que es sentido, vivido, comprendido, intuído de aquello que se ve.”
Cuando uno estudia Facilitación de Procesos Grupales, una de las cosas sobre la que se hace hincapié, es en confiar en el proceso. Tener confianza en el proceso es en extremo importante porque a veces el resultado de la interacción de ideas, emociones y realidades diferentes parece no tener ni pié ni cabeza, parece algo caótico y sin salida aparente. Pero como dice Mindell, "Al explorar los problemas de poder en las relaciones personales y en los grupos, los facilitadores se adentran en lo desconocido. Nunca se puede saber por adelantado adonde conducen los problemas. Seguir lo desconocido es lo que alimenta una comunidad sostenible... Un proceso no es ni bueno ni malo, ni tiene éxito ni es un fracaso... es algo impredecible y desconocido. A donde se supone que la naturaleza nos envía a cada momento es algo que no sabemos. Sólo las señales que la naturaleza nos envía a cada momento se pueden descifrar, pero no su propósito último."
Asi, cualquier persona y/o grupo que experimente lo que significa Democracia Profunda se transformará y ya nunca será el mismo, ni mejor ni peor, simplemente diferente, más auténtico y en contacto consigo mismo.
democraciaprofunda (arroba) gmail.com