Arnold Mindell acuñó el término democracia profunda para referirse al "sentimiento especial de creer en la importancia inherente de todas las partes de nosotros mismos y todos los puntos de vista en el mundo a nuestro alrededor... La democracia profunda es nuestro sentido de que el mundo está aqui para ayudarnos a convertirnos en seres completos y que estamos aqui para ayudar al mundo a ser más íntegro".
Al contrario de la democracia "clásica" que se enfoca en el gobierno de la mayoría, la democracia profunda sugiere que todas las voces, estados de conciencia y marcos de realidad son importantes, porque la información contenida en esas voces, conciencias y marcos de realidad son todas necesarias para entender el proceso total del sistema.
Según Mindell, "Para que las organizaciones, comunidades y naciones tengan éxito hoy y sobrevivan al mañana, deben ser profundamente democráticas, es decir, cada persona y cada sentimiento debe estar representado. La democracia profunda es darnos cuenta y tomar conciencia de la diversidad de personas, roles y sentimientos que existen sobre cualquier tema. Cuando se nos pide que nos demos cuenta de y valoremos nuestras experiencias internas más profundas, casi cualquier grupo o situación global inmediatamente se vuelve diferente y manejable."
En su forma ideal, una actitud profundamente democrática abrazaría todo lo que sucede o podría suceder en la vida de un grupo. Esto puede incluir todos los posibles puntos de vista sobre un tema, los estados emocionales presentes, las polaridades y los elementos perturbadores y divergentes.
La ecología nos enseña que mientras más diverso sea un ecosistema, más fuerte y resistente es. Lo mismo sucede con los grupos humanos. Mientras más diversidad exista en un grupo, este se torna más creativo, resistente y fuerte, y tenderá a buscar formas más inclusivas para relacionarse y ser.
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